¡¡¡ Lo que somos !!!

domingo, octubre 24, 2004

¡¡¡¡De pajaros y telefonos !!!!

Yo siempre he hecho las cosas como debo, no como quiero, en cuanto a mi trabajo se refiere, y pienso que debe ser así, que uno debe tener iniciativa propia para unas cosas en el trabajo, pero para otras no. Siempre me ha gustado enseñar a hacer mi trabajo como es, para que la gente se sienta confiada de que cuando hagan algo lo van a hacer bien, porque yo les enseñe. Además de que siempre he sido simpática y buena gente, para que los demás sean igual conmigo, aunque supiera que tarde o temprano ese mismo que estaba aprendiendo de mí, se quedara con mi trabajo o con un mejor turno que el que yo tenia, sabiendo que yo podía ser merecedora del. Y este fin de semana me di cuenta de que los pájaros le tiran a las escopetas, y eso me frustró. Ayer me trataron como si fuera una canuta y eso si que fue un golpe bajo. No sé que fue lo que hizo que esta persona me tratara así, pero lo hizo. Eso sí, me encargué de hacerle saber que cuando yo le di entrenamiento lo traté como la gente, no como él me estaba tratando a mí. Siento que alguien no esta siendo sincero conmigo, pero aún así, si me toca entrenar a alguien otra vez lo haré como siempre. De todo uno aprende y de esto aprendí, que no todo lo que brilla es oro. Esto también me recuerda la anécdota del pajarito que iba volando en contra del viento a donde hacia frió. Con el frío mientras volaba, se congeló y calló al suelo, en eso pasaba una vaca y se detuvo a defecar, con el detalle que defecó encima del pajarito. Con el calor del estiércol de la vaca, sucedió que el pajarito se descongelo y pudo volar nuevamente. Moraleja: “no todo el que se caga en ti, es tu enemigo”. Por eso yo me quedo tranquila y prefiero pensar que no tengo enemigos y que esto que me sucedió ayer, pasó, porque algo mejor esta por sucede. Amén. A veces pienso que cosa tan grave puede hacer un país para merecer que todo se le venga encima. Como esos países que después de un terremoto, les cae sendo palo de agua pa’ acabar de joderse. Y esos otros donde a la gente les da unas enfermedades rarísimas y ni siquiera tienen dinero para ver un medico y mucho menos saben lo que es un seguro medico. Y que me dices de esos otros donde venden los niños para comer. Y quizás en el peor de los casos se los roban, para vender sus órganos. A la verdad que somos bendecidos por Dios. Y todavía hay quien se queja de lo que tiene o lo que deja de tener sin trabajarlo. Queja tengo yo de cómo es la gente en este país. Bueno alguna, porque seria bien injusta que midiera a todos con la misma vara. En estos días me ha tocado hacer un trabajo en el cual tengo que hablar mucho por teléfono. He llamado a mucha gente que me trata muy amable, pero otros son unos amargados, agriaos’. En especial esos que tienen indentificador de llamadas, para no agarrar el teléfono si no conocen el numero que llama, pero si te llaman de vuelta a hablarte estrujao’ porque alguien llamo de ese numero y no conocen a nadie que tenga el mismo. Mire gente si usted paga por el identificador de llamadas, es para eso mismo, para no contestar las llamadas que usted no reconoce. Si a mí alguien me llama y yo no reconozco el número o lo privatiza, yo no contesto. Entiendo que a mi número me va a llamar gente que me conoce, por lo menos al celular. Si es a mi casa, pues ya es otro cantar, en mi casa yo atiendo a quien yo quiero, pero tampoco salgo a comerme a la gente que me llama y que me esta hablando agradablemente. Si a mi no me interesa el tema, con mucha cortesía se lo hago entender y termino la llamada. Pero no llego como una energúmena a mi casa a ver cuantos números raros llamaron y devolver las llamadas como si tuviera que matar a todo al que por equivocación a lo mejor metió el dedo mal en su teléfono y marco el mío. Y que me cuentas de los extranjeros que se creen que por hablar por teléfono se les va a notar que no tienen papeles y se vuelven un ocho. Yo nunca he visto en ningún noticiero televisivo a nadie que por contestar unas preguntas por teléfono haya pagado cárcel o lo hayan expatriado. Y que me dices de las chicas del servicio domestico que hablan como si fuera un pecado atender el teléfono de la casa. Como si viviéramos en el tiempo de los esclavos, que si hacías algo que al amo no le gustaba, te azotaban con el látigo del desprecio. Aunque a veces me pregunto ¿será cierto que con la abolición de la esclavitud, acabo con la esclavitud?

Derechos Reservados Por El Autor